Skip to main content

Desde hace miles años tocar instrumentos y cantar ha sido una actividad para conectar entre nosotros. Una expresión cultural, un arte en el que plasmamos todo lo que somos y sentimos.

La creación y consumo de la música también se ha convertido en uno de los métodos usados dentro de la terapia de sonido. Desde la improvisación, donde un paciente crea su propia música mediante la voz o un instrumento o la escucha, donde se va a conciertos como parte de la terapia.

Sus beneficios son infinitos y es una práctica común reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Es un proceso creado para facilitar la comunicación y las relaciones sanas. Además de promover el aprendizaje, el movimiento y la expresión. Sus beneficios son infinitos y es una práctica común reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Así que la música en general puede y es usada como tratamiento, pero ese uso es solo el principio. Cuando hablamos de música podemos destacar algunas características como el sonido, el ritmo, la melodía y la armonía. Pero hay un elemento que tiene un gran impacto en su uso: la frecuencia.

 

¿Qué es La 423?

La frecuencia es la medida del número de repeticiones de un fenómeno por unidad de tiempo. La frecuencia de patrones ondulatorios como el sonido, las ondas electromagnéticas o las señales eléctricas indican el número de ciclos de la onda repetitiva por segundo.

En la música también existen frecuencias, más específico en las ondas sonoras. La frecuencia en la que se afinan los instrumentos a día de hoy es en un La en 440 Hz. Es fácil de reconocer cuando pensamos en esa nota sostenida justo antes de un concierto de música clásica.

Pero esto no siempre fue así, antes del año 1939 los instrumentos se afinaban con otra frecuencia. La música se componía de una forma completamente diferente. El cambio estaba que la frecuencia usada era la de 432 Hz.

La razón principal era que se usaba un diapasón para afinar, desde alrededor de 1500. Ya que antes de esa fecha, no hay datos de cuáles eran las directrices de afinación.

 

Un cambio incensario

En 1939, el ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels, decretó que todos los músicos deberían afinar sus instrumentos a 440 Hz, en lugar de los 432 Hz que se utilizaban hasta esa época.

Esto por supuesto no tiene ningún sentido y fue una decisión tomada para tener una ganancia económica.

Al parecer Goebbles y sus colaboradores, pensaron que una afinación con una oscilación más baja incitaba, tanto en músicos como en oyentes, “Una forma de sentir y pensar distinta que los mantiene sumidos en un desorden internodecían.

Esto por supuesto no tiene ningún sentido y fue una decisión tomada para tener una ganancia económica. Ya que hasta que el ministro nazi no lo propuesto, la frecuencia en la que se tocaba y afinaba no era universal. Al cambiarlo tuvo ganancias en forma de comunicación de radio y fabricación de instrumentos.

Y a pesar de que se ha intentado cambiar en contadas ocasiones, como en Francia, donde los músicos fueron movilizados poco años después de que se aprobó la ley. Dussaut y Claude Delvincourt, Jefe del Conservatorio Nacional de Paris organizaron un referéndum, y una gran mayoría apoyaba volver al La 432.

Al igual que la época actual, las peticiones de cambio han sido desestimadas en varias ocasiones. Y es posible que te estés preguntando ¿por qué es importante hacer el cambio?

 

Somos frecuencia en vibración

Todo lo que existe en la naturaleza se integra de la energía, la cual vibra a una variedad de frecuencias diferentes. Esta teoría, respaldad por grandes mentes como Tesla o Einstein, comparte el hecho de que toda materia existente tiene un sonido sacado a partir de su vibración.

La energía del planeta tierra vibra en 8Hz, al igual que la frecuencia de las ondas cerebrales cuando nos encontramos en un estado de relajación profunda.

Y se habla de que la frecuencia 432 Hz está en armonía con la tierra y el ser humano por una razón simple. Las notas hacen 12 armónicos, cuando se toca una nota afinada a un La en 432 Hz. Se pone en resonancia las doce notas de la escala musical con medios tonos y sostenidos. En cambio, cuando uno toca en un La en 440 Hz, sólo se hacen 8 armónicos.

Además, el ser humano se encuentra en un rango de frecuencia que va entre 16 y 32, que también equivale a una octava completa y que se armoniza con la frecuencia de la tierra.

 

Referencia

https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1550830718302763?via%3Dihub Niedermeyer, E. & da Silva, F. L. (2005) DOI: https://doi.org/10.1016/j.explore.2019.04.001